Los seres vivos crecen, cambian se adaptan continuamente. Un edifico conservado es un edifico muerto, para siempre. En cambio proponemos una puesta en valor de la construcción antigua y de la nueva. La nueva y la antigua se darán la mano se respetarán, se apoyarán la una a la otra, se realzarán mutuamente y dialogarán, sin que ninguna tenga que rebajarse a la de enfrente. Estarán VIVAS.

Proponemos una gran actuación de Land Art, al tipo del genial Goldsworthy, pero a mucha mayor escala y siempre desde un uso arquitectónico. Un enorme gusano serpenteante que recorrerá el río Duero saltando de un margen a otro, subiendo bajando, buscando perspectivas insólitas que atraigan a viajeros de todo el mundo.